1 feb 2011

Cuando me muera quiero convertirme en TT

Últimamente estoy obsesionado con el carácter efímero que encierra el mundillo de las redes sociales globalizantes y no puedo dejar de contraponerlo a la necesidad de posteridad que todo ser humano posee, en forma encubierta o no.
Me resulta imposible no recaer en curiosidades morbosas al respecto: ¿nuestras lápidas mostrarán la cantidad de "amigos" -comillas nunca mejor empleadas- de Facebook que supimos conseguir? ¿o bien seremos recodados por nuestros tweets más retwiteados siguiendo el hashtag (¡cuántos extranjerismos en una sola oración!) del momento?
Realmente lo dudo. Como así también descreo de esa vida 2.0, por más atrayente que sea, que parece empeñada en suplantar o al menos supeditar a sus caprichos a la otra, a la vida real, que está bien, viene con mayores tragos amargos pero también es infinitamente mucho más plena que aquella.
Probablemente me encuentre con opiniones que dirán que lo uno no necesariamente quita lo otro. Puede ser, pero es indudable la existencia de una temible vigorosa tendencia, disfrazada de moda pasajera, que vuelve cada vez más necesaria la actualización en el espacio virtual de lo que hacemos y pensamos cada día.
No pretendo hacer una "revolución islámica" (sic), sólo me gustaría que por un momento nos detengamos a pensar en esta locura, adictiva sí, que nos conlleva - a algunos más que a otros - a reducir la tan anhelada conquista social de la privacidad.
Y a los que no participan de ninguna red social ¿nunca escucharon aquel dicho que reza que la anti-moda es, a fin de cuentas, otra forma de moda?
Tal vez sea injusto el hecho de hacer comparecer a cualquier elemento de nuestro trajinar diario con algo tan absoluto como la muerte, aclaro que ello fue a propósito ya que creo que la muerte, mal que nos pese, es el único evento que logra colocar nuestras cosas en perspectiva. Quizás peque de ser demasiado pesimista o un poco existencialista, pero indudablemente hoy me ubico, en contra de lo cotidiano, un poco más lejos de la frivolidad.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre te digo qe tenes una capacidad de escribir qe me enloqece.
ANÓNIMO (aunqe vos qien soy por el detalle de la U)

xD

ROSITA dijo...

Las redes sociales, y Twitter en particular, tienen ese doble filo: lo que nos atrae como moscas es su volatilidad y velocidad, pero asi de efímero es todo que en un abrir y cerrar de ojos nos olvidamos de la vida/muerte de alguien y nos ponemos a "hablar" sobre el clima. Just like that, de la nada.
Como todo, hay que tomarlo como una herramienta (que es lo que objetivamente es) y con crítica se puede hacer un buen uso de ellas.
En tu epitafio no van a aparecer tus amigos facebokeanos, pero sì la direccion de este blog ;)
Saluditos compañero!

Anónimo dijo...

A Guille Vitaloni le gusta esto. Ah no! Me equivoqué de lugar..es q lo tengo tan incorporado... :p
Muy bueno el artículo Mau...me hizo pensar...