16 abr 2010

Frío-Calor-Frío-Calor

El ser humano, más especificamente el ser urbano®, no tiene, mejor dicho desconoce el punto medio en casi todos los aspectos de su vida. Hoy nos referiremos a su termostato.

Creo que la única razón racional que le encuentro a este extraño pero a la vez común y generalizado comportamiento es la siguiente: a través del tiempo nos aburguesamos, nos volvimos blanditos gracias a la milagrosa tecnología al punto tal de experimentar una baja, bajísima, casi inexistente tolerancia a los rigores climáticos.

Y el principal efecto del mismo se traduce en nuestros hábitos de vestuario. Basta salir estos incipientes días otoñales para ver a las mujeres lucir orgullosas sus botas (altas, bajas, ¡gamuzadas!) y a los hombres sus tapados altaneramente. El problema radica en que hasta no hace mucho la temperatura rondaba los 25º, sí, un poquito templado a la mañana pero ya no al mediodía! Si miramos de otra forma a esto, es igual de rídiculo que cuando determinadas personas, no sólo adolescentes, eligen ponerse una remera de mangas CORTAS el 21 de Septiembre "porque empezó la Primavera"... y eso a pesar de que el termómetro marca una continuidad de las bajas temperaturas. ¿Se deberá que la gente impaciente no sabe esperar el momento de sacar a lucir sus nuevas adquisiciones de la temporada? ¿Será que determinadas prendas de vestir se relacionan directamente y/o se erigen como una señal de status?

Otro efecto que reconozco es el abuso de los aparatos eyectores (?) de frío - en verano - y de calor - en otoño/invierno - en los domicilios y también en los medios de transporte.
¿Es que a la gente le gusta quedarse sin aire cuando se mete a un taxi o a un negocio por la calefacción exasperante? ¿Nadie se da cuenta de eso? ¿Cuándo se tornó normal eso? Esto, además de producir un perjuicio enorme para nuestro pobre planeta, es también super dañino para nuestra salud que no da a basto con sus L-Casei Defensis adulterados.

Así que, al modo de pensar como Homero "no haz nada que Marge haría", hagamos lo siguiente: No cometamos excesos con la ropa ni con los aparatos electrónicos que nuestros abuelos/bisabuelos no harían. Es lo que se me ocurre ahora. Eso sí, no vale abrigarnos el pechito como ellos.

2 comentarios:

Flor dijo...

Simplemente excelente...te dejo porque ahora subo a la terraza a tomar sol! besos

(Damian!?) dijo...

es verdad che, nada mas cierto, yo la verdad que no sufro el frio por lo que duermo todo el invierno sin pijama y con una sabana y un acolchado, pero igualmente hay gente que en el trabajo hacen 10 grados y ya estan con el aire frio-calor al mango, y llamando a un tecnico para que instale una salamandra entre los escritorios...

para mi, como decia mi amigo Daniel, el frio se combate con olla, guiso de lentejas, locro, ternerita guisada y ñoquis, la clave del exito!}

saludos!